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José Iturbi – 3

En enero de 1934, Iturbi firmó un contrato discográfico con la casa Victor. Había formado una orquesta en México y proyectaba hacer lo mismo en Perú y España. El “organizador itinerante de orquestas” fue uno de los apodos que recibió en aquel momento. Pero también le dieron otros menos halagadores como fue “El tonto volador” en relación a su afición a volar para atender a sus conciertos. A principios de los años 30, los vuelos comerciales estaban empezando pero algunas veces parecía que eran más los vuelos que caían desde el cielo que los que aterrizaban sin problemas. La lista de famosos fallecidos por esta causa incluían a Knute Rockne, Will Rogersm Wiley Post y Amelia Earhart, por nombrar sólo algunos.

Con el peligro que suponía volar, no fueron pocos lo que se preguntaron si Iturbi volaba tanto por la publicidad que ello suponía. Pero lo cierto es que con todos los conciertos que tenía que tocar tanto en Norteamérica como en América del Sur, Iturbi tenía que volar. Cuando no estaba dando recitales o tocando como solista con orquesta, era el director invitado en las más importantes orquestas por todo el país.

También inició su relación con la radio; durante años aparecería en programas tan diferentes como “To Arms for Peace” de la Columbia Broadcasting y el show de Edgar Bergen-Charlie McCarthy. Hollywood andaba tras él pero no mostraba interés en hacer cine.

José Iturbi estaba volando alto. Pero la ley de la gravedad explica que todo lo que sube, baja. E Iturbi bajó, literalmente, en un accidente de aviación en el amanecer del 11 de abril de 1936. Él sobrevivió, pero su mano izquierda resultó casi inutilizada. Darlymple explicaba que estaba tan mal que parecía como machacada por lo que se pensó que pudiera tener heridas internas. Pero a los 15 minutos del rescate, Iturbi ya estaba pidiendo continuar el viaje en otro avión. Tenía conciertos pendientes. Aunque su mano izquierda le dio problemas durante algunos meses, continuó su gira por América del Sur recibiendo elogios por todo el continente.

Sin embargo, a su vuelta a los Estados Unidos, su popularidad sufrió una caída súbita. La Guerra Civil Española había estallado el 18 de julio de 1936. Era natural que se le preguntara cómo se sentía sobre lo que sucedía en su país. Su respuesta a la prensa fue: “España necesita un hombre fuerte, un hombre con agallas”. Aunque nunca nombró a nadie en particular, los periodistas asumieron que se refería a Francisco Franco, líder de los insurgentes. Después de esto, no tardaron en manifestarse un grupo de mujeres de la Liga Norteamericana contra la Guerra y el Fascismo, boicoteando alguno de sus conciertos.

El 19 de agosto de ese año hubo un nuevo incidente, esta vez durante un concierto. Iturbi estaba dirigiendo la Orquesta de Filadelfia en el Robin Hood Dell. El solista era su amigo Albert Spalding, tocando el Concierto de violín de Beethoven. Dos alcaldes están presentes: Fiorello LaGuardia, de Nueva York y S. Davis Wilson, de Filadelfia.

Según un testigo, Wilson llegó al menos 10 minutos después de iniciado el concierto y él y su séquito entraron por el pasillo central de la sala. El público reaccionó de inmediato, unos saludando y otros pidiendo silencio. Los fotógrafos comenzaron a disparan sus flashes. Iturbi, de espaldas a la audiencia no tenía idea de lo que estaba sucediendo y se mantuvo en su puesto pero los saludos y las protestas se volvieron insoportables. Finalmente, Spalding, exasperado, abandonó el escenario. Iturbi le siguió. Poco después, se escucharon algunos “epítetos” en castellano y una silla voló sobre el escenario, cayendo cerca del tercer violín. Iturbi se disculpó al día siguiente manifestando que todo había sido un malentendido. A los pocos días, abandonó el escenario en Cleveland cuando el público añadía “efectos sonoros” al concierto masticando perros calientes y bebiendo gaseosas durante el concierto. A partir de esos incidentes, tuvo dos nuevos apodos: el Latino revoltoso y el Turbulento Iturbi.

En un concierto en Toronto, Iturbi hizo una declaración poco sensata que le perseguiría durante años. Debatiendo el papel de la mujer en la música y en el deporte dijo que física y temperamentalmente estaban limitadas y que nunca podrían alcanzar notoriedad. De inmediato fue tachado de misógino. Iturbi se disculpó y años más tarde manifestó a un periodista de Variety que todo había sido un malentendido: “Yo dije que las mujeres eran inferiores a los hombres en algunos aspectos pero superiores en otros. La prensa omitió la mitad de lo que yo dije”

En agosto de 1937, el ambiente estaba muy caldeado. Un diario publicó este titular “Iturbi impide la emisión de canciones populares”. En un acto en el que el concierto se difundía por radio desde el Robin Hood Dell, Iturbi rechazó el repertorio del programa y dirigió el suyo propio. El programa de la cadena de radio incluía piezas clásicas y populares interpretadas por la Orquesta de Filadelfia así como dos solistas cantando canciones del momento.

El problema, según dijo Iturbi,fue que el programa que la cadena planeaba radiar no era el convenido con él. Cuatro días antes del concierto, Iturbi presentó su repertorio y nunca se lo desaprobaron. Pero cuando él llegó, encontró que el programa había sido alterado y con los dos cantantes solistas protagonizando el concierto. Y peor aún: el acto ya había comenzado. Iturbi escuchó las dos primeras canciones con visible ira y paró la emisión. La NBC empezó a emitir un programa de “emergencia” con música de órgano mientras Iturbi discutía dentro del escenario con los responsables. Poco después, volvió al podio con su repertorio original y el segundo cantante no apareció.

Varios diarios publicaron que Iturbi había dicho que “I love you” y “Kiss Me Now” eran basura. Él lo negó diciendo: “Yo no dije que la música era basura. Dije que la idea era basura. Me encanta la música americana”. No contento con eso añadió una razón práctica ante la insistencia de utilizar el programa original: “Haciéndolo de la manera que la cadena pretendía, hubiera supuesto que la orquesta iba a estar inactiva mas durante 35 minutos”.

Sin embargo, el problema de la “música popular” volvería a resurgir años después. En 1941, Iturbi y la cadena tuvieron un desacuerdo relacionado con el contenido de un programa de radio en el cual Benny Goodman tocaría con él. Iturbi se borró del evento.

Pero a pesar de todo, él tocaría algunos “boogie-woogie” en sus películas y recitales para los militares y alabó compositores como Freddy Martin que escribió letras para piezas clásicas.